viernes, 15 de agosto de 2014

Leyenda de horror la carretera sin final

Recuerdo bien como si hubiera sido el día de ayer, ese trayecto de la carretera que casa 15 días lo circulaba con mis padres, un camino interminable, que ya lo conocía de memoria, era la carretera mas difícil, la que te dormía, por parecer que era un camino sin final.


Era diciembre, y recuerdo que el frió que se sentía, era insoportable, y calaba hasta los huesos, era de madrugada, bien recuerdo que mi madre y mi hermana venían dormidas, y mi padre al volante con unos ojos desorbitados, con el cansancio, pero con la plena convicción de llegar a casa.

El camino que ya conocíamos de memoria, en donde estaban los hoteles, las gasolineras y todo, ese día helado, algo cambio, se sentía en el ambiente de luna llena, que algo malo pasaría, yo de no mas de 13 años, pero ya acompañaba a mi padre, para que no se durmiera, y llegar a salvo a nuestro hogar, ese día, vi que algo en la carretera, a lo lejos se veía, y mi padre, no lo vio.

Era la silueta de algo, y mi padre, parecía no aminorar el paso, pensé que como tantas veces que me contó, podría estar dormido, con los ojos abiertos, el terror me llego, que hacia, cada vez estaba mas cerca eso y mi padre no frenaba, - Papa¡ grite, y salio como de un trance, solo para ver los dos, como esa silueta en la carretera, se elevaba y en eso mi madre se despertó.

No supimos como explicar lo que habíamos visto, si no ha sido por que lo levante, seguro, lo hubiéramos atropellado, pero en eso mi madre descubrió algo, que nos puso a pensar que algo malo había pasado, vamos en sentido, contrario, acabamos de llegar a la gasolinera en la cual cargamos el tanque antes de salir.

Como podía haber pasado esto, mi padre que tenia décadas de circular esa carretera, nunca se habia equivocado, volvimos a la estación de carga de gasolina, llenamos el tanque y lo mejor que paso, fue quedarnos a dormir ahí.

Una anécdota que nunca podremos olvidar nunca.

sábado, 2 de agosto de 2014

Leyenda de terror el ordenador que cobro vida

Antonio era un asiduo usuario de las redes sociales del momento, había dejado su vida social, de a poco y se había adentrado cada vez más en su ordenador, ya que pensaba salir de pobre aprovechando lo aprendido en internet, tenía sueños de grandeza derivados de la falta de oportunidades laborales que había en su entorno y que lo habían orillado a buscar alternativas para ganar su propio dinero.



Así pasaron años y en ellos creo amistades virtuales, una de ellas una mujer que decía ser de argentina, y la cual desde un principio había sido un tanto atrevida con él, Antonio introvertido y solitario, pensó que no hacía daño a nadie, teniendo una amistad de esas y se dejó querer.

Pero algo que no había tomado en cuenta, es que en la casa en donde vivía, por fallas de la red, los servicios como el internet, no estaban disponibles, hasta que se arreglara el problema que los de la red, no habían informado a nadie, como no había reclamos, nadie sabía de la falta del servicio.

Antonio tenía poco de que se había cambiado a esa casa, y aunque había pocos vecinos a su alrededor, le gusto el barrio, pero nadie le advirtió de lo que había pasado en su casa, en tiempos anteriores, ritos satánicos y adoración al demonio se escuchaban los rumores de esa casa, en donde ahora habitaba Antonio.
Pero entonces con quien hablaba Antonio desde la red de internet, si no tenía señal, esto lo noto cuando le fueron a avisar los encargados de la línea telefónica que le daban el servicio, al no creer lo que le decían, les pregunto a sus vecinos si tenían señal y ninguno de ellos había adquirido el internet, solo la línea telefónica, el pavor y las dudas, le llegaron a su mente, preguntas tenia al por mayor, ¿con quien hablaba todas las noches? entonces, ¿Qué del código de su aplicación?, ¿Quién era esa mujer ardiente con la que hablaba todas las noches?

En ese preciso momento, la computadora de su escritorio se prendió sola, y se puso una página en blanco y las letras empezaron a aparecer,  ¿Me quieres conocer? No te imaginas ¿Quién soy?, -jajajaja- respondió con un tono burlón, ahí Antonio se dio cuenta que no era otra cosa que el Diablo.

Como pudo salió de su hogar, y nunca más prendió su ordenador.